La contabilidad administrativa tiene un objetivo triple:
ayuda a planear, a tomar decisiones y ejercer control administrativo. Se han analizado
algunas herramientas que facilitan el control administrativo, como los costos estándar,
los presupuestos, el modelo costo-volumen-utilidad. Sin embargo, carecerían de sentido
si no existieran sistemas de información contable que las integrarán, ayudando
a efectuar adecuadamente el control administrativo. Corresponde a este capítulo
el estudio y análisis de los sistemas de información para ejercer el control
administrativo y de la forma en que deben ser utilizados para realizar di-cha
actividad.la única estrategia que tienen las empresas mexicanas para lograr
sobrevivir ante la apertura comercial, es la cultura de la calidad, que implica
un compromiso hacia el mejoramiento continuo; ello obliga a contar con un
sistema de información que permita monitorear los logros en eficiencia y efectividad.
Hemos reiterado que sistema que no se controla sistema que se degenera. Si efectivamente
se quiere vivir esa cultura de calidad, es indispensable, diseñar un excelente sistema
de control administrativo. Toda organización es perfectible. Es decir, siempre
puede mejorar y superar determinadas etapas para lograr los objetivos fijados
por la administración. Si se acepta que todo es perfectible y que toda
organización debe estar dispuesta a encontrar sus fallas y corregirlas, resulta
obvio que destaca la importancia que tiene un correcto control administrativo.
Ese control sólo es posible si se cuenta con un sistema de información que
sirva como punto de referencia para cuantificar las fallas y los aciertos, de
modo que constantemente se estén corrigiendo los errores y capitalizando los
aciertos, lo cual traerá como consecuencia el incremento del valor de la
empresa. Es errónea la idea, muy arraigada en algunas organizaciones, de que un
sistema de control administrativo sólo es útil para diagnosticar fallas;
también muestra los aciertos de la administración, con el fin de que se
capitalicen en planes futuros. Resulta vital conocer las fallas y los aciertos
para lograr una superación constante. Se alcanzará esta superación en la medida
en que se posea un sistema de información que permita ejercer un buen control administrativo.
En el capítulo I se definió el control administrativo como el proceso mediante
el cual la administración se asegura de que los recursos sean obtenidos y
usados eficientemente en función de los objetivos planeados por la
organización. En una sociedad como la mexicana, donde los recursos son escasos
y múltiples las necesidades no se puede concebir una empresa desinteresada en
la eficiencia y efectividad. Por ejemplo, después del crecimiento acelerado que
se experimentó en México durante los años de 1978 a 1981, el país entró en un
proceso de estanflación (recesión e inflación en forma simultánea). Esta
circunstancia propició que las organizaciones, tacto del sector público como
del privado, hicieran un diagnóstico de las principales causas internas que influyeron
para llegar a esta situación. Una de ellas fue sin duda alguna la de
administrar las organizaciones sin apoyarse en sistemas de control administrativo;
no hubo el control necesario para detectar a tiempo las desviaciones y tomar
las acciones correctivas con oportunidad. Ante la situación previamente
descrita, las organizaciones han reconocido la necesidad de canalizar sus
esfuerzos hacia la implantación de sistemas de control administrativo. El gobierno
federal mismo creó la Contraloría de la Federación, para controlar los recursos
y planes del sector público, a fin de garantizar el uso correcto de los
insumos. Respecto al
sector privado, aunque se espera un crecimiento moderado, en
general se está consciente de la relevancia de no volver a caer en el error de
olvidar el control porque tenemos que recordar que durante toda la historia de
las organizaciones, se ha demostrado que tienden a un estado caótico los
sistemas financieros, humanos, contables, de mercadotecnia, de calidad, de
producción que no controlan su funcionamiento adecuadamente. De ahí que, para
las empresas, el reto de poner en práctica sistemas de control administrativo
sea imperioso, especial-mente dado el futuro incierto que la economía depara a
los países en vías de desarrollo.
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